12 de diciembre de 2011

Todos los años me sorprenden

De niño, con un montón de juguetes que tan siquiera podía imaginar. Hasta los que yo pedía en mis cartas a los Reyes Magos. Con dulces y turrones de mil sabores diferentes. Entre villancicos y panderetas jugábamos juntos todas las fiestas. Más cuando mis notas no eran lo que deberían ser, nunca me faltaron besos y abrazos. Me enseñaron a poner el Belén y su significado.  Y aunque no lo consigamos, intentamos todos los años que sea con agua de verdad. En la edad del pavo, cuando se tienen valores difuminados, no dejaban de recordarme la humildad y la honestidad; y no solo en estas fechas. Por más que anuncien que descorchando botellas te llenas de felicidad, está fuera de ellas. Pues dos más dos son ocho, si quieres compartirlo. Mas el trabajo, también se regala con su respectivo tiempo. Estar con Ana, todos mis hermanos juntos, mis padres, tíos, primos y algunos amigos más, es la mejor manera de festejarlo. Estoy impaciente de saber que nos va a ocurrir en esta nueva Navidad.

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