Las pupilas se dilatan, la piel se eriza y la sangre hierve por
dentro.
De nuevo el renacer. No importa el pasado; sólo el presente, pues el
futuro…
Aspiras hondo, subes la mirada y una sonrisa se cuelga en tus
labios.
Desprendes calor, energía, el ritmo empieza a acelerarse dentro de ti,
junto a ella. No hay nada ni nadie que pueda retener tu sueño compartido.
El cuerpo se tensa y la mente se enfría con un único objetivo.
Sabes todo lo que tienes, con lo que cuentas; mides y te preparas.
No hay ningún miedo dentro de ti, ya que estas rebosante de
esperanza.
Los latidos retumban acompasados por tu cuerpo y el suyo.
Revoluciona la respiración.
Te alzas para manifestar tu nueva condición, seguro, confiado,
positivo.
Libertad es todo lo que compartes junto a ella y con los tuyos.
Miras a un lado, al otro, detrás; esta todo preparado.
Coges las riendas de tu caballo de acero y tras la señal transformas
quimeras en realidad.
Y con mis compañeros comienzo la ruta.
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