11 de diciembre de 2011

Cerrando los ojos

Esta noche he cerrado los ojos.  No me ha sorprendido el frio, a pesar que lo hacía, tampoco ningún ruido pues no había nadie ni nada a mí alrededor. Pero esta noche he sentido algo por dentro. En mi cabeza había demasiadas cosas que querían salir. Había. . .
. . . una moto color rosa, unos amigos lejanos del barrio, un año con sueldo,  un gran reencuentro, un frigorífico roto, una hermana maestra, relojes adelantados, una despedida para mis abuelos, un coche con mil bollones, una familia increíble, un libro empezado en la mesilla, un cocido el viernes, ese inconformismo crónico, un viaje aplazado, el corazón arrítmico, 300 euros ahorrados, sueños entre líneas, papeles legales, una barra de bar lejana, la tensión más que alta, una familia mas,  más de un vicio apartado, el amor de mi vida, varias conversaciones a la vez, dos amigas de mi “amiga”, cambio de valores, una sin alcohol, una pensión en Logroño, el móvil en silencio, la paciencia que había perdido, un informático analógico, una pipa sin gastar, la habitación desordenada, unos ojos verdes sin miedo, unas pocas metas en mis manos, un sesador en Cuellar, un nuevo armario, la camisa negra,  mi Dios a mi lado, una quiniela sin premiar, un proyecto de vida, el ordenador estropeado, un sobrino bautizado, un cuaderno nuevo, mis paseos nocturnos, un ángel decolorado, el circuito eléctrico arreglado, versos de extremo, mi  buen compi de piso, una planta naranja-lima, la almohada fofa, un medico en Almería, muchas cajas desarmadas, una cuadra de caballos, una prima postiza . . .
Unas ganas inmensas de desearte


UN FELIZ AÑO

No hay comentarios:

Publicar un comentario