9 de junio de 2013

Solos


Solos

 

Hay momentos que necesitamos estar solos. No necesitamos personas, ni ruidos, ni ropa; tan siquiera piel. No nos fiamos de nada, ni nadie. Las palabras las apagamos, los abrazos les negamos y los besos duelen por no sentirlos. A los nuestros les alejamos aunque nos separen escasos metros. Mas lo exterior, deseamos que lo engulla la nada. 

Buscas la lógica en un mundo sin personas con almas llenas de coraje y valores humanos.

Nuestra mente momentáneamente enfermiza, no da escusas; acepta la decepción. Ansia la libertad en un cuerpo que no deja de juzgar. Se esconde en lugares imaginarios donde la soledad nos acuna dándonos cobijo.

La confianza se queda paralizada, la rodean miedos y temores. Añora la paz negada por la rutina y la escasez de tiempo. No importan otras opiniones ni el ras del  bien y el mal. El agobio baila solitario en el corazón pues la fe no sigue su compás. Te recuerda que no hay mayor castigo que la palabra amor sin “efímero”.

 Aunque en ese instante te invada el anhelo de no existir y te arrastre la pena; el mañana no te deja mas respuesta que un… ¡sigues vivo! Y a pesar de todos los pesares tendrás que luchar otra batalla hasta el ocaso, ganes o pierdas.

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