29 de octubre de 2012

La diferencia


De pie, inmóvil, serio,  atento. Observo y escucho, siento y me empapo. Aprendo de todas las reacciones, grabo detalles en mí, comparto empatías.

Acepto, logro, comparo. Innovo, creo el siguiente paso. Respondo ante los resultados, adapto situaciones, bailo entre ideas.  

Soy como tu, siento como tu. Vivo situaciones similares. Los dos reaccionamos instintivamente.

No te temo. Sé que no eres ni mejor, ni peor que yo. Cada uno defendemos lo nuestro.

Mejorar continuamente es el camino que hemos elegido. No miramos al pasado, si no es necesario. Nos sobran recursos para nuestros proyectos.

Nuestras ansias de superación destrozan barreras. El dolor se guarda en un lugar interno.  Admitimos  logros y derrotas.  Conseguimos fuerza de nuestra propia fe.

Sumamos experiencia y perseverancia para encontrar nuestras metas.  Encontramos la luz en las respuestas del día a día. Afianzamos nuestro don. Y con paz y gloria disfrutamos nuestros logros.

La diferencia es que yo he decidido seguir las normas que me enseñaron. Y no traicionar los valores humanos.  Admitiendo mi independencia.  Resistiendo entre mis miedos. Tolerando un mundo con humor, que ame la vida y se esfuerce por ser feliz.  

Aplico la paciencia necesaria para ver el esfuerzo en los demás. Trabajo en equipo para cumplir sueños personales. Y echando valor  consiento  el interior de tu persona, entendiendo que no siempre puedo ganar.

Y sinceramente  te doy las gracias de todo lo que he aprendido y  me vas a enseñar, pero no voy a utilizar tus méritos como guía.

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