De pie, inmóvil, serio,
atento. Observo y escucho, siento y me empapo. Aprendo de todas las
reacciones, grabo detalles en mí, comparto empatías.
Acepto, logro, comparo. Innovo, creo el siguiente paso.
Respondo ante los resultados, adapto situaciones, bailo entre ideas.
Soy como tu, siento como tu. Vivo situaciones similares. Los
dos reaccionamos instintivamente.
No te temo. Sé que no eres ni mejor, ni peor que yo. Cada
uno defendemos lo nuestro.
Mejorar continuamente es el camino que hemos elegido. No
miramos al pasado, si no es necesario. Nos sobran recursos para nuestros
proyectos.
Nuestras ansias de superación destrozan barreras. El dolor
se guarda en un lugar interno. Admitimos
logros y derrotas. Conseguimos
fuerza de nuestra propia fe.
Sumamos experiencia y perseverancia para encontrar nuestras
metas. Encontramos la luz en las
respuestas del día a día. Afianzamos nuestro don. Y con paz y gloria
disfrutamos nuestros logros.
La diferencia es que yo he decidido seguir las normas que me
enseñaron. Y no traicionar los valores humanos. Admitiendo mi independencia. Resistiendo entre mis miedos. Tolerando un
mundo con humor, que ame la vida y se esfuerce por ser feliz.
Aplico la paciencia necesaria para ver el esfuerzo en los
demás. Trabajo en equipo para cumplir sueños personales. Y echando valor consiento
el interior de tu persona, entendiendo que no siempre puedo ganar.
Y sinceramente te doy
las gracias de todo lo que he aprendido y me vas a enseñar, pero no voy a utilizar tus
méritos como guía.
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